ORACIONES A DIOS, ORACIONES A JESUS, ORACIONES A LA SAGRADA FAMILIA, ORACIONES A LOS SANTOS, ORACIONES A LA VIRGEN MARIA

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Padre Nuestro


Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Amén.

Ave Maria


Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesus.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Danos tu Espíritu


Danos tu Espíritu,
Señor de la Vida.

El Espíritu
que nos llena el corazón
para seguir tus pasos
y vivir el evangelio.

El Espíritu que guió tu camino,
desde la concepción,
llenando la vida de María,
tu madre y madre nuestra.

El Espíritu que acompañó
tu crecimiento
en estatura, gracia y sabiduría,
en los años sencillos de Nazaret.

El Espíritu que te orientó
hacia el desierto
para meditar el llamado
y salir a la predicación.

El Espíritu que te daba fuerzas,
aliento y ánimo
para anunciar el Reino
y construirlo
con gestos de vida solidaria.

El Espíritu que te enseñó
a descubrir a Dios
en los pobres y sencillos,
y alabar al Padre,
como María en el Magnificat.
El Espíritu que te alentó en tu hora
y que pusiste en las manos del Padre,
como signo definitivo de tu entrega.

Señor, danos tu Espíritu.
Nos has prometido un compañero,
un guía, un defensor, un maestro.

Envía tu Espíritu
a nuestras comunidades.
Lo esperamos con ansías,
lo buscamos con alegría,
queremos llenarnos
de su pasión por la Vida.

Renueva nuestra esperanza,
ayúdanos a caminar en los conflictos,
enséñanos la fidelidad al Evangelio
en estos tiempos difíciles.
Queremos construir el Reino,
ofrecer al mundo
los frutos de tu presencia.

Dios de la Vida,
danos tu Espíritu,
para que nos haga nuevos,
para que nos impulse a la misión,
para que seamos testigos,
hermanos y mensajeros.
Para que vivamos
en el Espíritu de Jesús
y él nos muestre
las huellas del Reino
en la sociedad que vivimos.

Marcelo A. Murúa

Que tu mirada sea


Que tu mirada sea,
mirada clara,
sea mirada de niño,
que transparenta el alma.
Sea como agua fresca de arroyo
que no deja ocultar nada.

Que tu sonrisa sea,
sonrisa ancha,
fuerza que surja de adentro,
ganas que se contagian,
buen humor que dé sentido
al quehacer de tu jornada.

Que tus palabras sean,
valientes palabras,
que no oculten la verdad
y no teman proclamarla.
Que sean la voz de aquellos
que ya no pueden alzarla.

Que tus manos sean,
manos entrelazadas,
manos con otras tendidas,
abiertas, no solitarias.
Manos unidas y fuertes
que hoy construyen el mañana.

Que tu caminar sea,
compartida caminata,
que busque abrir junto a otros
huellas de nueva esperanza.
Que tu camino acompañe
el caminar del pueblo en marcha.

Que tus silencios sean,
eco de tus entrañas,
crisol de anhelo y proyectos
que sólo el tiempo amalgama.
Silencio fértil, simiente
que en brotes de vida estalla.

Que tu vida entrega sea,
para que valga la pena,
ser vivida y no gastada.

Marcelo A. Murúa